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jueves, 18 de noviembre de 2010

Lo que la montaña quiere decirte

Campaña de Concientización 2010


Ya llegó la temporada de sequía, época en que se reducen los niveles pluviométricos y empieza el Verano en Venezuela. Vemos su llegada como algo normal, repetitivo, regular y secuencial que no tiene causa asociada a nuestras acciones sino a nuestra ubicación meridional, cercana a los trópicos. La ciudadanía entiende que el clima y las áreas verdes cambian y nos sentimos como en una estación del año que no repercute en nuestras vidas salvo por mayores temperaturas y escasez falta de lluvias.
                   
Esto es lo que entendemos por Sequía o Verano, una estación climática necesaria, complementaria de la época de lluvias, que no podemos cambiar. Sin embargo, durante este año 2010 las cosas cambiaron drásticamente, el clima fue noticia, se encendieron las alarmas y la situación hizo que cambiara la percepción que se tenía.

La cantidad de incendios forestales que se registraron en el país (¡más de 5.000!) aunado a la sequía más prolongada registrada durante años provocó el descenso de las represas a niveles críticos; tal fue el caso del Guri, que suministra energía eléctrica a 70% del país. Otros signos alarmantes: la Gran Caracas envuelta durante varios meses en ese denso velo similar a la niebla, conocido como Calima, compuesta de partículas de polvo y cenizas en suspensión, la reaparición del Mal de Chagas y el aumento del Dengue, mayores racionamientos de los servicios de agua potable y electricidad. Todo esto derivó en una pregunta colectiva: ¿Cómo se generaron tantos problemas a la vez?

La respuesta obligada es el cambio climático, el cual afecta a todo el planeta. Sin embargo, algo sucedía en nuestro entorno cercano, que nos afectó directamente: la quema de nuestros reservorios vegetales. Según Nota de Prensa de TalCualDigital del 23 de Marzo del 2010 en el P.N. El Ávila se perdieron 330 hectáreas por el fuego, al 5 de Marzo El Nacional informaba la situación del  P.N. Macarao donde fueron más de 1.000 hectáreas y en el P.N. Henri Pittier más de 3.000 hectáreas según el Universal del 1ro de Marzo, todo esto en menos de 4 meses. Datos extraoficiales provenientes de fuentes muy serias y calificadas hablan de una realidad lastimosamente muy diferente, en donde las cifras anteriores se duplican o triplican, como mínimo...

Esto ¿qué significa en todo caso? Que las pocas áreas verdes que poseen las urbes fueron en buena parte arrasadas por el fuego, de manera inclemente y ante la mirada de los ciudadanos, testigos de manos atadas ante un “espectáculo” nada agradable, ¡con visos apocalípticos!

Pero no es menos cierto que, ante todas estas realidades, surgió el incentivo de buscar una solución, pensar y planificar cómo podíamos ayudar a nuestros parques, y de allí partió el movimiento de reforestación en la capital, que de manera espontánea e interdependiente puso en marcha un programa de rescate de algunas de las zonas más afectadas por los incendios en el P.N. El Ávila. Ese es el caso de Una Montaña de Gente, respuesta ciudadana para contribuir a la recuperación de las áreas forestales, como parte de su campaña permanente por la preservación de la vida.

Más allá de los incendios, de la deforestación y de la contaminación, hay varios inconvenientes muy serios que afrontamos los activistas miembros de Una Montaña de Gente, entre estos el desconocimiento de los temas ambientales por parte del ciudadano común, la poca cobertura de los medios y la pasividad de las instituciones para atacar estos problemas. En pocas palabras, la desinformación y consecuente inacción son los principales problemas del país en materia ambiental, pocos saben y los que saben no poseen los medios para masificar el conocimiento.

La deforestación es un proceso en el que se destruye la superficie forestal, generalmente por la acción humana. La minería, la agricultura, la explotación maderera y el urbanismo son las principales actividades que provocan la tala de árboles, presionando a los ecosistemas al punto de generar una importante pérdida de la biodiversidad. A pesar de estar muy en boga a nivel mundial, en nuestro país hay mucho silencio y oscuridad en torno al ambientalismo, lo que conlleva a que la ciudadanía se interese poco en ello.

Según el informe de la FAO sobre Situación de los bosques en el mundo, edición 2009, en Venezuela se perdieron 288.000 hectáreas de bosques entre los años 2000 al 2005, lo que representa 57.600 hectáreas al año, 157 Ha por día, 6 Ha por hora. Estos números son una alarma que los venezolanos tenemos que escuchar, es tiempo de empezar a tomar conciencia de lo que significan tales cifras en términos de vida. A pesar de que los números son preocupantes, representan un avance en comparación al período 1990-1995, en que la deforestación afectó 500.000 hectáreas. De mantenerse ese ritmo, en 100 años desaparecería el total de la superficie forestal venezolana.

Ahora que sabemos todo esto, es preciso orientar las acciones en dos frentes: divulgación del conocimiento y acción en la recuperación de las áreas boscosas. Tareas nada fáciles ante una nación que se mueve entre avatares permanentes y adolece de memoria corta, olvidándose rápidamente de unos problemas para “enfocarse” en otros, regidos como estamos por las circunstancias, la inmediatez, la superficialidad, lo efímero, la alienación, donde las modas son el patrón más seguido por el colectivo, impulsados por toda una maquinaria que promueve el consumo.

Aún cuando la batalla sea difícil, larga y extenuante, la montaña quiere decirte que no hay nada imposible, y todo aquello en que puedas contribuir para el bien de esta causa es un aporte valioso: participar en la reforestaciones y en las campañas de concientización, transmitir el conocimiento, hacerte un agente del cambio, es el gran beneficio que obtendremos. La montaña quiere decirte que tus manos hacen falta y que a pesar de su grandeza y majestuosidad, de su reflejo como madre de muchas vidas, ella también es frágil y noble, y ayudar ahora es nuestro deber. El tiempo de cambiar es el presente, el tiempo de concientizar es ahora, es el momento de que nos volvamos gente común y consciente.

JD/CV

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