LA
TRISTE REALIDAD DE LA FUNDACIÓN INSTITUTO
BOTÁNICO DE VENEZUELA
“DOCTOR
TOBÍAS LASSER”
EL
FUTURO INCIERTO DEL JARDÍN BOTÁNICO
DE LA UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA
La Fundación Instituto Botánico de Venezuela “Doctor Tobías Lasser” (FIBV) enfrenta en la actualidad una complicada situación de la cual pareciera no poder salir. La grave crisis presupuestaria por la que atraviesa, el eterno conflicto laboral de sus trabajadores, la incertidumbre que la rodea con motivo de su posible adscripción a la Universidad Central de Venezuela (UCV) y hasta su complejo acervo histórico la mantienen en una constante incertidumbre que hace dudar de su permanencia futura y pone en peligro su vigencia como un Organismo Oficial que alberga a tres importantísimas Instituciones Nacionales, como son el Herbario Nacional de Venezuela (VEN), la Biblioteca “Henri Pittier” y el Jardín Botánico de la Universidad Central de Venezuela, este último parte del Patrimonio Mundial de la Humanidad, como sector integrante de la Ciudad Universitaria.
Desde hace un par de años surgió en el
seno de la Fundación un movimiento sindical cuyo objetivo consistía
en que sus trabajadores pasaran a formar parte de la Nómina Laboral
de la Universidad Central de Venezuela; esta posible adscripción a
la UCV involucraba que los trabajadores de la FIBV pudieran gozar de
los múltiples beneficios laborales que otorga la Universidad y que
no les ofrece la FIBV. En todo momento, las autoridades de la
Fundación han tratado de coadyuvar en que este objetivo se logre y
–conjuntamente con los trabajadores-- ha llevado a cabo las
gestiones necesarias para que se cumpla esa meta. Por razones
no del todo conocidas, este posible pase de la Fundación a la
Universidad Central de Venezuela no se ha materializado y el personal
de la Fundación, particularmente sus obreros y jardineros, han
mantenido un constante conflicto para conseguir su objetivo;
conflicto que incluye paros, marchas, protestas, cierre de puertas
y consuetudinarias manifestaciones que impiden el sano y libre
proceso de la diaria actividad laboral; lo cual,
obviamente, incide en el mantenimiento de las acciones de trabajo de
la Fundación.
Quizás el antecedente histórico de la
Fundación también incide en que su futuro como parte de
la UCV, motivo ya referido como causante de la actual crisis, sea
complejo y no fácil de llevar a cabo. El Instituto Botánico
de Venezuela fue creado, años atrás, por el Ministerio de
Agricultura y Cría para ser utilizado como sede del Herbario
Nacional de Venezuela; igualmente sucede con la Biblioteca “Henri
Pittier”. Estas dos Instituciones --con motivo de
la creación del Ministerio del Ambiente-- fueron transferidas
al Instituto Nacional de Parques (INPARQUES); de allí se desprende
de que tanto el Herbario Nacional como la Biblioteca “Henri
Pittier”, aunque forman parte de la Fundación conjuntamente
con el Jardín Botánico de la UCV, sus instalaciones y edificaciones
poseen antecedentes históricos que obligan a ser tomados en cuenta a
la hora de una futura adscripción a la Universidad Central de
Venezuela. Conviene añadir que el Jardín Botánico pasó
a ser oficialmente propiedad de la UCV y considerado Parque
Nacional, a partir del 13 de noviembre de 1969, en que el Presidente
de Venezuela en ese entonces, Doctor Rafael Caldera lo determinó
así.
Uno
de los aspectos más negativos que influyen en la grave situación
que padece la Fundación es su crisis presupuestaria. Desde
hace siete años (desde 2005) la FIBV ha venido recibiendo el mismo
presupuesto deficitario y reconducido. En todos estos años la
Institución ha solicitado al Ejecutivo Nacional el monto
presupuestario mínimo necesario para poder cubrir sus necesidades
esenciales y el Estado ha hecho caso omiso de tal solicitud.
Para este año 2012 fueron gestionados VEINTINUEVE MILLONES DE
BOLÍVARES (Bs. 29.000.000) y la Oficina de Planificación del
Sector Universitario (OPSU) le otorgó la misma cantidad de años
anteriores: CINCO MILLONES SEISCIENTOS CINCUENTA Y DOS MIL
SEISCIENTOS CINCUENTA Y OCHO BOLÍVARES (Bs. 5.652.658); un 20% de lo
pedido. Exiguo monto que ni siquiera alcanza para satisfacer el pago
de la Nómina Laboral.
Las
insuficiencias presupuestaria acumuladas de este año, que incluyen
el
incremento del bono de
alimentación, la
cancelación de los
pasivos laborales, el pago de vacaciones y el incremento del salario
mínimo alcanzan
a OCHO
MILLONES QUINIENTOS NOVENTA Y NUEVE MIL CIENTO OCHENTA Y SEIS
BOLÍVARES (Bs. 8.599.186), cantidad mucho mayor que el monto mismo
del presupuesto otorgado por el Ejecutivo Nacional, lo cual ratifica
lo deficitario de la suma otorgada inicialmente. Hasta el presente,
los trámites realizados por la Fundación para lograr esta cantidad
a través de un crédito adicional no han sido respondidos por los
Organismo Oficiales a quienes les compete: Ministerio del Poder
Popular para la Educación Universitaria y la OPSU. No hay,
además, recursos para el pago del bono vacacional ni para
otras obligaciones laborales como son la caja de ahorros, el pago del
Seguro Social Obligatorio, las prestaciones laborales y las
jubilaciones. Mucho menos para la contratación de personal
y compra de equipos.
El seguro de Hospitalización, Cirugía
y Maternidad (HCM), debido a la deuda de pago acumulada
obligó a la Empresa MAS VIDA & SALUD, que presta ese servicio, a
suspender la atención médica. En la actualidad,
el personal de la FIBV está desprotegido de un HCM, porque en
el presupuesto ordinario, la OPSU no quiso incluir la partida
correspondiente para la cancelación de la póliza. Todas
las demás acciones que deben cumplirse, propias de una Institución
de este tipo, como son la Investigación, los proyectos
científicos, los trabajos de campo, los cursos de capacitación, el
mantenimiento de las instalaciones y del Jardín no pueden llevarse a
cabo, por el referido déficit presupuestario.
Lo
poco que se hace, como lo es la compra de material de oficina y de
materiales de uso diario (artículos de limpieza, papel sanitario,
agua potable, etc.) se adquiere a través de los ínfimos
ingresos propios producto del cobro de entrada por acceso al Jardín,
estacionamiento de vehículos de los visitantes, alquiler del
Auditorio y de las dos únicas aulas que posee la Fundación y de uno
u otro curso que se imparte; actividades estas que siempre corren el
riesgo de no poder llevarse a cabo por los constantes paros que
realizan los Sindicatos.
Estos
pocos ingresos apenas alcanzan para la subsistencia mínima;
las obras capitales que deben llevarse a cabo, como son el
mantenimiento del Jardín Xerofítico y otras áreas, restauración
de la Laguna Principal, reparación de la Laguna Venezuela, la
Impermeabilización del techo del Auditorio, la poda y tala de
árboles (especialmente los que dan a la Autopista Francisco
Fajardo), el corte de la grama, el desmonte, la compra y
reparación de los equipos de aire acondicionado, repuestos de
vehículos y tractores, entre otras múltiples operaciones
rutinarias imprescindibles en toda Institución, son imposibles de
ejecutar por la carencia de recursos financieros.
La Institución no dispone de
equipos adecuados para combatir plagas de insectos y otras alimañas
que invaden rutinariamente a su Jardín Botánico; en la
actualidad el famoso gusano
de la palma está
mermando valiosas especies de palmas criollas y exóticas y no puede
ser combatido por la carencia de la maquinaria y de los insecticidas
necesarios. Las gestiones realizadas ante diferentes
organizaciones para atacar esta plaga han sido infructuosas; las
Alcaldías de la Región Capital y hasta el Consejo de Preservación
y Desarrollo, COPRED, una Institución de la Universidad Central de
Venezuela, organismos estos que poseen recursos técnicos y
humanos adecuados para combatir esta plaga, han negado su cooperación
al Jardín Botánico para solucionar el problema del gusano invasor.
Las actividades institucionales de
investigación y nuevos proyectos científicos desde hace más de
cinco años están totalmente paralizadas. Nuestros
Investigadores, quince en total, no pueden llevar a cabo ningún
trabajo botánico; desde 2010 están detenidas las exploraciones
botánicas en campo; se están perdiendo y deteriorando las
diferentes colecciones botánicas del Herbario Nacional de Venezuela,
principal acervo de la fitodiversidad del país, esto, por
desperfectos de los aparatos de aire acondicionado, sin posibilidad
de ser reparados ni adquiridos; se han paralizado las publicaciones
científicas y se ha retrasado la periodicidad de la publicación de
la principal revista botánica del país, como lo es Acta
Botánica Venezuelica;
existe limitación para la
consulta de las colecciones bibliográficas, prioritaria para la
investigación, dadas las condiciones inapropiadas en que se
encuentran las instalaciones de la Biblioteca “Henri Pittier”; se
nota de forma preocupante el deterioro progresivo de los
equipos científicos y de oficina por falta de presupuesto para su
mantenimiento; esto incluye los microscopios, congeladores,
deshumificadores y computadoras; no hay posibilidad de adquirir
nuevos equipos y materiales de investigación para el
procesamiento de muestras botánicas; se ha incrementado el deterioro
de los servicios de infraestructura, mobiliario y equipos de oficina,
que ha traído como consecuencia un ambiente inadecuado para las
labores del personal y limitaciones en el cumplimiento de sus
funciones.
La inseguridad reinante en la Fundación
es preocupante; no hay recursos para contratar un equipo privado de
vigilancia y los delincuentes y malhechores, por lo general
provenientes de los barrios circunvecinos, hacen de las suyas y a
diario penetran a las instalaciones de la Fundación; con su
presencia provocan actos de vandalismo de todo tipo. Inclusive
asaltan en ocasiones a los visitantes del Jardín.
Este triste, vergonzoso y desolador
panorama es el que presenta en la actualidad la Fundación
Instituto Botánico de Venezuela “Doctor Tobías Lasser” y su
emblemático Jardín Botánico. Sus autoridades y su Junta
Directiva, en una lucha sin cuartel, han llevado a cabo innumerables
gestiones para mitigar esta grave crisis; los archivos de la
FIBV están copados de copias de correspondencia dirigidas este
año a la ciudadana Rectora de la UCV, Doctora Cecilia
García-Arocha; a su Vicerrector Administrativo, Doctor
Bernardo Méndez; al Vicerrector Académico, Doctor Nicolás Bianco;
al Director de la Asesoría Jurídica, Doctor Manuel Rachadell,
a la Ministra de Educación Superior, Doctora Yadira Córdova; a la
Directora Adjunta de la OPSU, Doctora Tibisay Hung; a la Directora de
Presupuesto del Ministerio de Educación Superior, Doctora Ana
Jaimes, a Alcaldías y a otros entes públicos y
privados, en las cuales se les ha solicitado se preste la debida
atención para superar la grave crisis presupuestaria y laboral que
atraviesa la Fundación; desgraciadamente, en ningún caso se ha
recibido respuesta positiva a tales peticiones.
La Fundación Instituto Botánico de Venezuela “Doctor Tobías Lasser” necesita urgentemente el auxilio del Ejecutivo Nacional a través de sus Dependencias Oficiales; requiere que sus quejas y problemas sean oídos por las autoridades de la Universidad Central de Venezuela; precisa que sus trabajadores depongan sus intereses personales y se aboquen a buscar, conjuntamente con la Presidencia y la Junta Directiva de la Fundación, la solución a la grave crisis en la que está inmersa.
Tenemos que entender que el problema de la FIBV no radica en su adscripción o no a la UCV o a cualquier otro Organismo del Estado o a que sus trabajadores pasen a formar parte de la Nómina Laboral de la Universidad Central de Venezuela.
La única y verdadera solución a
los problemas de la Fundación y a la de su invalorable e
insustituible Jardín Botánico reside en que todos los que
aman y defienden el ambiente natural, la ecología, la
investigación, la educación, la docencia, la flora y la fauna;
todos aquellos que sienten cariño por parques y jardines y sueñan
con una Venezuela distinta y mejor; las Instituciones públicas
y privadas; todos y todas las personas en general que de alguna
manera les duele esta penosa situación, se pongan de acuerdo y
luchen conjuntamente para que el grave estado en que se encuentra la
Fundación Instituto Botánico de Venezuela “Doctor Tobías Lasser”
sea observado, conocido, reconocido y comprendido; sólo así
podremos salvarla y tendremos la oportunidad de preservar
dentro de ella esta pequeña pero hermosísima parte del
Patrimonio Mundial de la Humanidad, el oasis de Caracas, cual es el
Jardín Botánico de la Universidad Central de Venezuela.
Fundación Instituto Botánico de Venezuela “Doctor Tobías Lasser”, Caracas, 28 de mayo de 2012
No hay comentarios:
Publicar un comentario