Hemos estado revisando algo de la prensa nacional e internacional, en lo que va de 2011. Múltiples signos denotan no solo la aceleración o el incremento de la frecuencia de eventos naturales masivos, sino también el mayor grado de daños generados, conforme menos preparada está la comunidad que los experimenta.
Ante lo que nos toca vivir, debemos ofrecer algo que se denomina capacidad de respuesta. Creo que tan importante capacidad está sustentada en el conocimiento, el cual nos permite anticiparnos. Anticiparse es adelantarse a algo que puede o va a ocurrir; es, también, darlo a conocer con antelación.
Si vemos que existe un proyecto de construcción de viviendas de "interés social" (¿no será, más bien, interés político y económico?) en la vertiente Norte del Parque Nacional Waraira Repano, entre las quebradas Naiguatá y Tacagua, por encima de los 120 msnm y hasta los 400, y que en la mayor parte de esa amplia franja de terreno las pendientes superan los 40°, además de que los taludes son parte de una orografía y una composición geológica de origen y naturaleza metamórficos, es decir, son terrenos relativamente recientes, inestables, cuyos componentes son fragmentados y fácilmente erodables, y las capas de suelo tienen el mismo sentido de la pendiente, aunado a que existen en la zona de cinco fallas geológicas activas, registros pluviométricos bastante elevados y terrazas muy inestables desprovistas de una capa vegetal consistente o en buen estado que fije suficientemente el suelo, podemos anticiparnos y decir que las viviendas que se pretenden construir allí colapsarán, a riesgo de vidas humanas.
Otro caso: si observamos que la vertiente Norte del Parque Nacional Waraira Repano, en toda su amplitud -desde Guatire hasta el Camino de los Españoles- presenta extensiones considerablemente erosionadas, con marcas de numerosos deslaves e incendios muy recientes y otros que no lo son tanto, abundantes colonias de plantas herbáceas como el Capim Melao y el llamado gamelote (que son malas hierbas, muy combustibles), y adicionalmente el cortafuegos está en deficiente estado de mantenimiento y el sistema hídrico también, naturalmente podemos anticiparnos y advertir que, en temporada de sequía, justamente ésta en la que nos encontramos, puede volver a degradarse un gran número de hectáreas de bosque, si se suscitan nuevamente, por falta de controles rigurosos y adecuada vigilancia, los incendios forestales provocados, tal como la temporada pasada, durante la cual más de 3000 Ha de este importante Parque Nacional ardieron, en perjuicio de delicados, sensibles y valiosos ecosistemas, billones de vidas de plantas y animales y la salud de millones de habitantes humanos en las zonas circundantes y área de influencia, pudiendo haberse evitado.
Precisamente, la anticipación debería permitirnos emprender acciones organizadas para EVITAR O MITIGAR MALES O DAÑOS.
¿De quién es la tarea?
De todas y todos. Ciudadanía, autoridades, entes públicos y privados, organismos nacionales e internacionales. Aquí no cabe salvar responsabilidades. Tenemos derecho a un ambiente sano y sustentable, y es nuestro deber garantizarlo en el presente y para el futuro. Las usuarias y los usuarios de los Parques Nacionales necesitamos conocer la normativa que rige este uso, PARA RESPETARLA. Así, podremos enseñársela a otras personas, reconvenir a aquellas que la quebrantan, colaborar con los entes directamente encargados de velar por su cumplimiento y exigirles la aplicación de medidas preventivas y correctivas, en caso necesario.
Si usted está al tanto de alguna situación irregular en materia ambiental, es su obligación ALERTAR TEMPRANAMENTE a las instituciones con competencia en la misma. Nuestra ONG pone a su disposición varias vías para que nos comuniquemos y actuemos con anticipación y no nos dejemos "tomar por sorpresa" o coger desprevenidos. Puede Ud. comunicarse con nosotros a través de:
Correo-e cristina@unamontanadegente.org
Móvil 0416-4116569
Twitter @1montanadegente
CV
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